jueves, 28 de mayo de 2015

La Educación desde la Logoterapia: Un Abecedario de Alternativas
Por Dr. Efrén Martínez Ortiz


A. Considere al ser humano como una persona con posibilidades, no vea al niño o adolescente como un enfermo o un carente; la sobreprotección y la justificación de sus actos no le permiten asumir la responsabilidad de las consecuencias que pueden invitar al cambio.
B. Contemple al hombre por lo que puede llegar a ser, como un ser facultativo y no solo como lo que es en un momento fáctico, pues en ese preciso instante se volvió pasado y ya “no es”. El hombre es un ser facultativo, es posibilidad de ser.
C. Potencialice la libertad del ser humano, no permita que se creen autodeterminaciones mentales como: “así nací yo…”, “yo no puedo cambiar…”, “hijo del tigre sale pintado…”
D. Eduque para la responsabilidad: generar la habilidad para responder de una forma adecuada, evita la presencia de rasgos de personalidad asociados al uso de drogas y otros problemas. Desde edades tempranas, sin abandonar, es importante crear una conciencia de responsabilidad frente a la vida; enseñar a decir la verdad no basta, también es importante que los jóvenes asuman sus actos, obviamente con el acompañamiento que las circunstancias requieran. Algunos ejemplos pueden ser:
No reponga inmediatamente lo que sus hijos desaprovechan
No los acostumbre a recibir toda clase de lujos sin que hayan hecho mérito para ganárselos.
Reparta las responsabilidades hogareñas entre todos los miembros de la familia
Negocie el pago de vidrios, porcelanas y/o utensilios que sean destruidos
Permítale a su hijo enfrentar reuniones, citas y acciones que son su responsabilidad
E. Refuerce sus habilidades: centrarse en los aspectos negativos, realizar comparaciones y descuidar las potencialidades no colabora en la estructuración de la autoestima. Refuerce las capacidades y genere espacios que faciliten su desarrollo. Nunca refuerce las habilidades a través de retos (tú no puedes hacer tal cosa o tal otra te queda grande), las habilidades no son blancas o negras, su desarrollo es un proceso
F. Permítale vivir su propia vida: a veces los padres tienen miedo del supuesto mundo cruel y evitan la adaptación de los jóvenes a la realidad en que viven; si bien el mundo no es lo más adecuado, generar inadaptados puede ser aún más peligroso. Ante ello puede surgir una pregunta de difícil solución: ¿ educo a mi hijo para que se adapte y pueda ser parte de las difíciles circunstancias de inseguridad, corrupción y violencia o lo educo para ser agente de cambio en contra de la corriente que podría rechazarlo?.
Para empezar; el mundo no se divide entre buenos y malos, e independiente de la pregunta, la función parental no puede pelear contra el resto del mundo, lo que sí puede hacer es apoyar y generar espacios de reflexión ante las vivencias de su hijo en formación.
G. Cada persona es un ser nuevo, cada niño es una persona formando una personalidad, por ello es importante no solo evitar que enfermen, pues la salud no es tan solo la ausencia de enfermedad, sino tener motivos para estar sanos; es decir, el desarrollo del ser en su esencia y sentido.
H. Asumir la vida como una pregunta a responder, motiva a entender las infinitas posibilidades de aprendizaje que se pueden llevar a cabo en cualquier circunstancia particular. Facilite la reflexión, la critica y la búsqueda de contenidos significativos en el diario vivir.
I. Es importante fomentar una sana tolerancia a la frustración; no hay que darle a los hijos todo lo que desean; recuerde que por lo general estas solicitudes hacen parte de los mandatos de la publicidad y ante ello es importante ayudarles con una conciencia critica. Permita que experimenten que no son los dueños del mundo y que las cosas no siempre salen como se quiere.
J. La formación y mantenimiento de valores y tradiciones familiares juegan un papel de vital importancia: las tradiciones mantienen unido el núcleo familiar y generan el sentimiento de valía interior frente a la familia
K. La formación y mantenimiento de las normas escolares y sociales colaboran dentro del proceso de educación; el proceso de educación es un caminar dialógico.
L. En la actitud provisional ante la existencia el futuro no existe y el cuidado de las reservas económicas, naturales, físicas etc., no se considera importante. Por ello una sana conciencia ecológica y ambiental ayuda con los sentimientos de valía hacia el mundo.
M. Los mass media (medios masivos de comunicación) pueden ser tan benéficos como destructivos; su mal manejo ha consolidado una cultura consumista y guiada por los mandatos de la televisión, las modas y las publicidad. Argumentos posmodernos como el internet y la televisión, cuando son mal manejados, invitan a dejar de ser para poder pertenecer. Estas continuas manifestaciones de poder dejan al hombre al borde de miles de frustraciones que lamentablemente se llenan a través de estilos de afrontamiento poco adecuados.
N. La formación de una cultura familiar e individual fuerte impide la aculturización y pérdida de tradiciones autóctonas que inviten a la imitación de culturas y tradiciones ajenas.
O. Fomentar la trascendencia vertical y horizontal sin el uso de sustancias psicoactivas; el consumo de drogas es intrascendente al interior de nuestra cultura; las excusas modernas para el uso de drogas no justifican la autodestrucción física ni la restricción del contenido espiritual.
P. Construir una conciencia crítica ante los argumentos culturales que fomentan la voluntad de placer y de poder. Estar inmersos dentro del sistema dificulta una visión objetiva del mismo; sin embrago, una visión crítica frente a los fenómenos culturales, el espíritu de los tiempos, los medios masivos de comunicación, la globalización y la postmodernidad, facilita la liberación del ser humano de la esclavitud de sus condicionamientos.
Q. Formación sobre la Voluntad de sentido y no sobre las voluntades de placer y de poder: Culturalmente se les enseña a los niños que lo importante en la vida es tener poder y evitar el displacer; sin embrago, el placer y el poder no son el fin de la existencia humana, son el efecto de alcanzar un fin; por ello el niño y el adulto se sienten frustrados y con la sensación constante de incompletad. En realidad lo importante es desarrollar una voluntad de sentido, un sentido de vida que permita percibir el poder y el placer como una añadidura de poseer sentido en la vida y no al contrario, pretender adquirir el sentido de la vida a través del poder y del placer – es imposible –
R. Existe un tiempo objetivo – el del reloj – y un tiempo subjetivo – el de la vivencia -, el tiempo objetivo pasa, el tiempo subjetivo queda eternizado. Elige en que tiempo vives, sin descuidar que vida solo hay una.
S. Encontrar sentido en el sufrimiento y no intentar evadirlo a toda costa: La generación Next es la cultura del No dolor (Todo rápido, emociones fuertes, nada de esfuerzo), motivo por el cual, el mundo se derrumba ante cualquier pequeña dificultad. EL sufrimiento no hay que buscarlo, pero cuando se presenta de manera inevitable debemos estar preparados para aprender de él y no para sumergirnos en la victimización. EL sufrimiento puede ser una de las fuentes más altas de sentido en la vida; sin embargo, no se debe sufrir para hallar sentido en la vida. El sentido de la misma se puede hallar en medio del sufrimiento y también se puede conservar a pesar de él.
T. Fomentar el espíritu alturista y la autotrascendencia: Autotrascender significa salir de uno mismo y dirigirse al encuentro con el otro; es difícil que los niños sufran por no tener zapatos de tal marca cuando han compartido con niños que no tienen pies y viven sonriendo.
U. Desarrollar valores: Desde pequeños se han enseñado valores aprendidos de forma racional (sé amable, sé cordial, sé delicado…); sin embargo, si todos conocen los valores ¿Por qué se presentan crisis de los mismos? La respuesta es evidente; los valores se refieren “al sentir de valía interior frente a algo o alguien”, no se refieren al aprendizaje racional del sentir, obviamente es importante conocerlos, pero la mejor forma de aprenderlos es viviéndolos, no estudiándolos. Todo podría ser un valor dependiendo de quien lo haga suyo.

V. Modele un horizonte amplio de valores. Es muy difícil que puedan captarse valores en medios educativos en donde los mismos no son evidenciados; la mejor forma de enseñar los valores es con el ejemplo y el modelaje de los mismos, recueros que amplían el panorama axiológico y facilitan captar los bienes en sí y convertirlos en bienes en-sí-para-mí.
W. Recuperar o formar la creencia en una dimensión trascendente: Aunque en algunas instituciones y familias pareciera antipedagógico mencionar una dimensión trascendente, la realidad es inminente, las personas que creen en una dimensión trascendente enferman menos y enfrentan mejor su vida. “Gracias a Dios”, comprobar científicamente la existencia de un poder superior es imposible.
X. El sentido se contagia con la rapidez del sinsentido: Es importante asumir la responsabilidad sobre la imagen de la vida que transmitimos a los jóvenes, pues así como en un horizonte amplio de valores y de sentido a nivel educativo y familiar es más fácil captar dichos valores y sentido, sucedería el mismo proceso inverso de captación de desvalores y sinsentidos en horizontes de estrechez axiológica.
Y. Aprender a decir: “Sí a la vida… A pesar de todo”; la vida tiene sentido bajo cualquier circunstancia y aunque en ocasiones pareciera nublarse, jamás significa que haya dejado de existir. La vida no puede carecer de sentido porque la vida “Es sentido”.
Z. En el mundo de la actitud cada quien es protagonista y escritor de su propia biografía.



jueves, 21 de mayo de 2015

El sentido trascendente de la vida en Viktor Frankl



El sentido de la vida es una cuestión que me ha venido inquietando desde hace tiempo. En mi trabajo con jóvenes, varones y mujeres, he tenido la oportunidad de ser testigo de diversos tipos de situaciones; algunas muy dolorosas, las cuales, casi siempre, eran acompañadas de un vacío y frustración existencial. Cada vez más se palpa una sed y urgencia de encontrar un sentido auténtico a la vida. Se percibe un hastío de todo lo superfluo y de lo que denigra a la persona. En cambio, hay una búsqueda de sentido anclado en valores que permanecen y dignifican.
Y es aquí, justamente, donde sale al paso con toda lucidez la propuesta antropológica de Frankl. Con su excepcional concepción de persona, revaloriza la dimensión espiritual y la aplica a la existencia humana. Sostiene la trascendencia del ser humano y la ve como fuente y fin de los verdaderos valores. Plantea que el sentido de la vida se realiza en la trascendencia, descubriendo y encarnando valores.
Nuestro autor es considerado como una de las grandes figuras del siglo XX (1905-1997) que más ha influido en el pensamiento antropológico y en las prácticas psicoterapéuticas. A los 15 años desarrolló dos de sus pensamientos fundamentales: que no debemos preguntar por el sentido de la vida porque somos nosotros los interrogados. El otro pensamiento dice, que el sentido último trasciende nuestra capacidad de comprensión. 
Vivió durante dos años y medio las atrocidades de cuatro campos de concentración nazi y fue precisamente en esos lugares donde pudo experienciar y analizar, desde una perspectiva interdisciplinaria, médica, filosófica y psicológica, los horrores y las degeneraciones de la humanidad. En esas terribles circunstancias maduró y estructuró su sistema psicoterapéutico-antropológico.
Sus escritos muestran toda la riqueza cultural y ética con que afrontó la dura vivencia.  Éste fue el acontecimiento que marcó plenamente las convicciones filosóficas y psicológicas que había ido conquistando. Verificó allí la validez de su tesis principal: que el ser humano para vivir tiene, sobre todo, necesidad de sentido.
Mientras que Freud redujo a la persona humana a meros impulsos mecánicos, Frankl, le abre nuevos horizontes. Su propuesta apunta hacia la realización del sentido y los valores. Su pensamiento psicoterapéutico y antropológico se articula en Logoterapia y Análisis existencial.
La Logoterapia es un fecundo y novedoso sistema psicoterapéutico que da respuesta a muchas vulnerabilidades de nuestro tiempo: aburrimiento, vacío y crisis existenciales, conflicto de valores, depresión, adicción, suicidio, etc. Sobre todo, ayuda a encontrar el sentido profundo de la vida, aún en las circunstancias más adversas. La logoterapia sostiene que el amor es el único camino para tocarsaludablemente lo más hondo de la personalidad humana.
En cambio, el Análisis existencial es la perspectiva antropológica con que se encara dicha psicoterapia. Implica la trascendencia y la apertura al mundo espiritual, necesarias para una vida armónica y feliz. El objetivo del Análisis existencial es que el ser humano se haga consciente de que lo fundamental en su vida es la conciencia de su libertad y la responsabilidad que ésta implica, de su ser único, irrepetible, llamado a buscar el sentido de la vida y a realizar los valores. Consciente de su ser finito, es decir, confrontado con la facticidad radical y con la apertura a la trascendencia.
Ahora bien, es necesario destacar que la obra de Frankl sigue vigente en todos los continentes, y cada vez con más fuerza, a través de sus seguidores y seguidoras. Y esto es así porque él eligió apostarle a la vida y al ser humano, dándose a la tarea de rehumanizar la medicina y la psicoterapia. Eligió la senda del compromiso, del amor, del perdón, de la paz y del servicio plenificante.
Para él la vida permanece con sentido de modo absoluto. Y la base no es moralística, sino empírica. A este propósito, podemos hablar de una fenomenología extraída de la “gente de la calle”, sin muchos estudios académicos. Dicha práctica muestra que los hombres y las mujeres, desde siempre, buscan des-cubrir el sentido presente e implícito en los acontecimientos cotidianosEsta tarea no se lleva a cabo, primariamente, por la vía intelectual o de las discusiones filosóficas, sino por caminos propios de la experiencia cotidiana, la cual prueba que la vida tiene sentido incondicionalmente. 
En efecto, la persona, fenomenológicamente hablando, puede encontrar y des-cubrir el sentido de su vida a través de tres experiencias básicamente humanas. Ellas son:
¨      Valores de creación (trabajo)
¨      Valores de experiencia (amor)
¨      Valores de actitud (sufrimiento)
 Valores de Creación
Se refieren a lo que el ser humano forja en forma de trabajo, creación, transformación. En la labor lo que cuenta es la entrega concreta, la intensidad con la que se aplica a la tarea y no el tipo de trabajo que se realiza. No es tan importante el qué cosa, sino el cómo. ”Lo que hace de la vida algo insustituible e irremplazable, algo único, algo que sólo se vive una vez, depende del hombre mismo, depende de quién lo haga y de cómo lo haga, no de lo que se haga.” [1]
Valores de Experiencia
Se refieren a lo que el ser humano recibe gratuitamente del mundo, en forma de vivencia artística, filosófica, literaria, etc. Contemplar la belleza de la naturaleza es uno de los mejores modos de encontrar el sentido de la vida. Pero la experiencia más profunda en este segundo camino es el encontrarse con otro ser  humano  y des-cubrir en él  su unicidad, su  irrepetibilidad, su ser  ahora y todas sus potencialidades que pueden llevar a convertirle en una persona más plena. “Esta es la experiencia trascendente del encuentro humano, que admite diversos niveles que recorren todos los tipos de amistad hasta llegar al amor profundo.” [2]
Aquí Frankl presenta tres modos de entender el amor: el sensual, el erótico y el espiritual.
El amor si es verdadero y auténtico, no se detiene frente al organismo psicofísico, sino que alcanza el yo profundo, la personalidad del amado o de la amada. Sin renegar de los momentos físico y erótico, nuestro autor insiste en que aquéllos son sólo un medio de expresión y que el amor, aunque es suscitado por las características físicas, será verdaderamente tal cuando sea incluido como expresión de la espiritualidad. El amor es, por tanto, la orientación directa hacia la persona misma del ser amado, en cuanto algo único e irrepetible, rasgos que hacen de él una persona espiritual.
Valores de Actitud
Se da ante la situación en la cual el ser humano se ve imposibilitado de llevar a cabo los Valores de Creación y los Valores de Experiencia, entonces está en el umbral de los Valores de Actitud. Encontrar sentido al trabajo, a la creación, al arte, es más fácil. En cambio, encontrarle el sentido al sufrimiento no lo es. Para los valores de creación necesitamos aptitudes, capacidad creadora; para los valores de experiencia, capacidad de sentir y vivenciar;  para los valores de actitud,  capacidad de sufrimiento. Y no la poseemos naturalmente, no se trae consigo al nacer, tenemos que adquirirla, conquistarla en el padecimiento mismo de la vida.
La sociedad y los medios de comunicación social no preparan para el sufrimiento o la vivencia de lo espiritual: acentúan el valor del éxito, la eterna juventud y el poder mal entendido. La imagen de la persona doliente o sufriente no es propugnada ni valorada por  nuestra  cultura hedonista, periférica y exitista. Por ello, cuando alguien se enfrenta de repente con la realidad ineludible de un dolor físico, moral, psicológico o espiritual, se sacuden los cimientos de su seguridad,  se derrumba y hasta se degrada muchas veces. “Cuando la espiritualidad humana se bloquea, el hombre hace regresión en dirección de sus ancestros animales.” [3]
Para Frankl, es en el sufrimiento donde se manifiesta la grandeza del ser humano, el temple de su espíritu, porque sólo en el padecimiento se encuentra trágicamente puesto en confrontación consigo mismo, con su capacidad no sólo de trabajar y de gozar, sino también de sufrir. “Sufrir significa tomar postura frente al propio dolor y esto equivale a estar ´por encima´ de él.” [4] El hombre y la mujer tienen derecho no sólo a la vida, al trabajo, a la alegría, a la paz; tienen, además, un derecho fundamental que nadie les puede quitar de ninguna manera y éste se refiere al sufrimiento.
 “Porque en el recto sufrimiento, en el sincero sufrimiento de un genuino destino, se le abre al hombre una suprema oportunidad, más aún, la más grande oportunidad de cumplir su propio sentido y darse plenitud a sí mismo.” [5]  “¡El dolor pertenece a la esfera más íntima y personal del hombre. ¡El hombre no educado por el dolor permanece siempre niño! ¡La última ley de la historia es el sufrimiento! [6]
He aquí por qué el crecimiento, la maduración, el enriquecimiento de una vida humana están ligados al dolor y a la pregunta, ¿por qué sufrir? Tal respuesta no es pronunciada en voz alta, con altivez, con alegría y soberbia, sino que se manifiesta balbuceando, a veces con lágrimas que no siempre son físicas, en el fondo del corazón, en lo íntimo del propio ser. La respuesta que el ser humano sufriente da a la pregunta sobre el porqué del dolor es siempre una respuesta sin palabras. Sin embargo, para Frankl, esa es la única respuesta significativa. [7]
Y esto es así porque el amor y el dolor se gestan y maduran en el silencio. El amor es la meta última y más alta a que pueden aspirar el hombre y la mujer. La salvación de la persona está en el amor y a través del amor. El verdadero amor es el único sentido capaz de dar vida y vida en abundancia.

Teresa del Pilar Ríos Vázquez. Autora del Libro: 
El sentido de la vida y la trascendencia en Viktor Frankl,
Centro de estudios antropológicos de la Universidad Católica (CEADUC), Biblioteca de estudios paraguayos, Volumen 83, Asunción, Paraguay, 2010, (págs. 208).






lunes, 18 de mayo de 2015

RESILIENCIA!


¿ERES RESILIENTE?


Aunque parezca una paradoja, bastantes personas tienen la capacidad de salir fortalecidas tras pasar por una experiencia traumática.
 



Eric AbidalMaria de Villota, el científico Stephen Hawking o el malogrado actor Christopher Reeve (entre otros muchos) cuentan con un denominador común si prestamos un mínimo de atención. Todos ellos hicieron, en un momento dado de sus respectivas vidas, del sufrimiento, virtud. En su día, la fatalidad les golpeó sin miramientos (un cáncer de hígado, la pérdida de un ojo o quedarse postrado en una silla de ruedas para el resto de sus días), pero lejos de hundirse, paradójicamente todos ellos salieron fortalecidos del trauma vivido.

Este fenómeno responde al nombre de resiliencia. Según la definición de la Real Academia española, se trata de “la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”.

Hay bastante consenso entre los investigadores a la hora de identificar a la estadounidense Emmy Werner como la pionera en efectuar un estudio, a mediados del siglo XX, sobre resiliencia. Werner heredó el concepto del psicoanalista británico John Bowlby, quien a su vez lo tomó prestado de la Física. De este ámbito es de donde procede, originariamente, el término.

La Física lo define como la capacidad que tienen algunos metales para doblarse y luego volver a su posición original cuando se deja de ejercer presión sobre ellos. En psicología, “se usa la metáfora de los juncos” para explicar el concepto, relata a LaVanguardia.com el profesor de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, Gonzalo Hervás. “Cuando el caudal aumenta considerablemente, los juncos de los ríos se doblan, sin romperse y sin quebrarse, y luego vuelven a su posición original cuando las aguas recuperan su aspecto habitual”, añade.

¿Es posible ser resiliente, o es algo genético?

Son muchas, o bastantes para ser exactos, las personas que tienen, entre sus aptitudes, la de ser resilientes. Aunque puede tener algo que decir, la genética no determina de manera unívoca que un individuo cuente o no con esta, dijéramos, habilidad. Y es que se puede aprender a ser resiliente, aunque no todo el mundo puede hacerlo. “Uno puede pensar que el porcentaje de respuestas resilientes es minoritaria. Pero en realidad es bastante más alta de lo que esperaríamos, entre un 30 y un 50%. Es algo frecuente ser resiliente, y mucha gente se sorprende a sí misma cuando lo descubre”, esgrime Gonzalo Hervás.

El problema radica en que para saber si uno cuenta, o no, con esta capacidad es necesario pasar por una experiencia extrema. “Esa es la prueba de fuego y es lo que hace que uno lo confirme”, asegura el profesor de la Complutense. De hecho, “la persona (y esto enlaza con otro concepto psicológico que se llama crecimiento tras la adversidad) descubre esas capacidades nuevas que desconocía y se siente mucho más seguro para enfrentarse a otras experiencias. Uno redescubre cuáles son sus determinados valores, y esto conduce a un cambio vital, de filosofía de vida”, agrega.

Para muestra, un botón. “Ahora veo más que antes lo que es importante en la vida”, dijo la piloto de Fórmula 1
Maria de Villota, días después de perder el ojo derecho a causa de un accidente con su monoplaza.

Identificada como una patología

En el siglo pasado, a las personas resilientes, por desconocimiento, se les había llegado a tachar de enfermizas. “Antes, cuando no había ni siquiera términos, y por supuesto menos aún teorías sobre aspectos positivos relacionados con las fortalezas humanas, se interpretaban estas realidades con las teorías que habían. Y sólo había teorías para lo negativo”, recuerda Hervás.

En consecuencia, al final se acababa identificando un rasgo positivo como algo patológico: que si estaban reprimiendo, que si estaban encapsulando la vivencia traumática y no la estaban expresando… cuando, en realidad, eran personas resilientes al 100% que estaban sumergidas en un proceso totalmente sano.

Cabe remarcar que una persona puede tener experiencias de dolor sin que, necesariamente, tenga que vivirlas en el plano más social. “En paralelo, incluso, puede mantener una actitud bastante positiva, sin perder la capacidad de disfrutar”, esgrime Hervás.



La fe, ¿generadora de personas resilientes?

Se ha observado que la espiritualidad y la religiosidad pueden ayudar a algunas personas a ser más resilientes. Y lo pueden hacer por la vía de dar sentido a determinadas experiencias adversas y, también, por el apoyo social que pueden recibir las personas que pasan por un trauma vital (al contar con un entorno que puede favorecer la expresión de las emociones).

“Pero es muy importante la flexibilidad”, recuerda Hervás. “Las creencias demasiado rígidas, sean de tipo religioso o de otro, están asociadas a una peor recuperación tras la adversidad”, añade.

Sacar partido a la adversidad

Al final, todo se reduce a intentar sacar la parte positiva de una situación extrema vivida, algo nada fácil. Y es que hay que ser consciente de que la adversidad está presente en nuestras vidas y antes o después vamos a encontrarnos (en mayor o menor medida) con ella. “Hay que intentar aprovechar las oportunidades que te pueda dar la adversidad. En frío, todo el mundo preferiría obviarla, pero una vez estás sumergido en una situación difícil hay que intentar, en la medida de lo posible, tratar de sacar algo bueno de ella”, remata Hervás.


FELIZ INICIO DE SEMANA!!!

miércoles, 13 de mayo de 2015

¿QUÉ ENTENDEMOS POR UN MUNDO EN CRISIS

¿Qué entendemos por un mundo en crisis











Estamos viviendo en un mundo de violencia, zozobra e inseguridad, en donde existen amenazas de todo tipo y muy poco respeto por la dignidad del hombre. Concretamente, en la actualidad se está desarrollando un guerra injusta, en la que ha habido muchas muertes y millares de personas se han quedado sin hogar. Resuenan muchas voces pidiendo el fin de las hostilidades y la llegada de una paz duradera. Aunque desafortunadamente parecen ser voces que claman en el desierto.
Ciertamente no hay sólo un tipo de crisis, sino que existe una multitud de ellas; de aquí la imposibilidad de señalar el meollo de la crisis. Hay crisis sociales que nos hacen ver la tremenda injusticia de nuestro mundo. Existen, asimismo, fuertes crisis de valores, en donde estos, que un día fueron muy claros, en la actualidad nos presentan una gran confusión. Por otro lado vemos la gran cantidad de hogares destruidos, en donde los antiguos valores han dejado de ser importantes y los nuevos todavía no se los conoce adecuadamente. El ser humano sabe muchas veces lo que debe hacer, pero no lo que realmente quiere. Vive experimentando nuevos caminos, pero sin saber exactamente hacia donde va. Existen un tipo de pseudo valores disfrazados: detrás de una aparente democracia existe una dictadura que busca manipular los medios de comunicación para imponer sus “valores”… y podría seguir enumerando ejemplos que nos deben hacer pensar por dónde debemos caminar para acercarnos a la búsqueda del verdadero “sentido o sentidos de vida” del ser humano del tercer milenio.
En el momento de estar trabajando estas líneas, me preguntaba con sinceridad qué clase de crisis está viviendo nuestro mundo. Existe una gran violencia entre algunas naciones que amenaza con extenderse. La sensación general entre las naciones es de angustia y temor ante esta situación de violencia.
La realidad de la violencia que parece escapar a todo intento de conceptualización y catalogación. La violencia es un fenómeno tan extendido en la naturaleza, en la sociedad y en la historia, que los filósofos, psicólogos y sociólogos no han podido entenderse a la hora de tratar de analizarla y definirla (R. Bosc.).
Podríamos preguntarnos, como le hizo Viktor Frankl en vida, ¿de dónde brota la violencia? O dicho de otro modo: ¿Qué es lo que hace posible en el hombre la existencia de la violencia? Un intento de respuesta es la presencia de la agresividad en el ser humano. Si la violencia recorre nuestra historia, es porque la agresividad que subyace a la violencia está inscrita en el corazón del hombre. Por oro lado, se puede decir que aunque la agresividad tiene muchas otras formas de expresión, la violencia es una de las privilegiadas.
CRECIMIENTO A TRAVÉS DE LAS CRISIS
EL SUFRIMIENTO HUMANO
En esta ocasión me ha tocado hablar acerca de un mundo en crisis en nuestros días, pero enfocándolo desde un aspecto humanista y psicológico, con algunos elementos religiosos. Creo que uno de los aspectos más graves de este tema es el problema de las crisis personales en un mundo cambiante, en donde se han perdido muchos valores tradicionales y no han quedado otros en su lugar. Estamos viviendo en un mundo en el que no sabemos lo que realmente queremos, quizá tenemos una idea de lo que debemos hacer, pero tampoco nos permite sentirnos plenos.
Existen muchas amenazas de diferente tipo: guerras, crisis económicas, pérdidas del sentido de vida como personas, como grupo, como naciones y con fuertes peligros a nivel mundial. El verdadero y sano uso de la razón ha quedado a un lado. Todo aquello que en el pasado nos daba luz, paz y tranquilidad ha quedado a un lado; muchos de los grandes valores religiosos, morales, sociales, familiares y personales… han quedado en la penumbra. Las crisis nos han alcanzado en su vorágine y hemos perdido nuestra brújula hacia el sano crecimiento.
Sufrir es soportar el mal moral o físico, el dolor, la enfermedad, la angustia, la tristeza, la contrariedad, las privaciones, las ofensas y todo cuanto pueda desagradar o distorsionar la vida del ser humano.
Sabemos que en la vida del hombre no todo es felicidad, sino que el sufrimiento ocupa un lugar muy importante, es algo con lo que el hombre se encuentra inesperada e inevitablemente. Llega a ser, por lo menos en algún tiempo, una forma de vivir y no algo accidental.
El sufrimiento es una crisis que exige en el hombre haber ahondado en el significado, valor y sentido de su vida. Hay ciertas cosas que la persona sólo ve con lágrimas en sus ojos. En otras ocasiones se imponen cuando no se han querido aceptar pacíficamente. Por esto el sufrimiento tiene una función pedagógica, porque anuncia y crea una insatisfacción y una esperanza que nos lleva al crecimiento.
¿ QUÉ ES CRECIMIENTO ?
1) Es el dinamismo que empuja nuestra existencia en todas las formas que adopta: motivaciones, finalidades… ya que en ella todo tiende a crecer y a alcanzar un óptimo desarrollo.
a) Se busca actualizar el potencial que cada uno trae consigo.
b) Se realiza el sentido inmediato de la existencia.
c) Se procura el desarrollo interno de la conciencia, como consecuencia de la plenitud que trae el cumplir un deseo, un sentido. Esta plenitud es irreversible y permanece, ya que es la total actualización del potencial.
2) El potencial está constituido sustancialmente por tres cualidades básicas que construyen la complejidad de nuestra vida anímica:
1ª La energía: se derivan de ésta los diversos procesos energéticos, como la voluntad, el impulso de vivir, la capacidad combativa…
2ª La inteligencia: son los modos de conocimiento: la reflexión, el juicio, la intuición…
3ª La afectividad: son la gama de sensaciones y sentimientos: placer-displacer, afectivo-psicológicos, como la amistad, el afecto, la tristeza, amor-odio. En el aspecto espiritual: sentimiento de belleza, de armonía de adoración, de misticismo…
3) En la medida que logramos actualizar nuestra vida concreta este potencial, vivimos eficazmente en el exterior y con plenitud en el interior. Nuestra vida es proceso a través del cual cada uno es el creador de su propia plenitud. En la medida en que se realiza lo anterior, es la medida del propio crecimiento vital u pleno. Nosotros somos los únicos responsables de lo que vivimos.
4) El arte de la felicidad se puede sintetizar en los siguientes apartados:
a) La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor, ni de lo que pasa dentro de nosotros. La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos enfrentamos a los problemas de la vida.
b) La felicidad es un asunto de valentía… es tan fácil sentirse deprimido y desesperado.
c) La felicidad es un estado de la mente. No seremos felices en tanto no decidamos serlo.
d) La felicidad no consiste en hacer siempre lo que queremos; pero sí en querer lo que hagamos.
e) La felicidad nace de poner nuestros corazones en nuestro trabajo y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
f) La felicidad no tiene recetas. Cada quien cocina con el sazón de su propia meditación.
g) La felicidad no es una posada en el camino, sino una forma de caminar por la vida.
Para pensar correctamente (ética del pensamiento), Aristóteles se refirió al potencial que todo ser humano trae desde el nacimiento, y señaló la responsabilidad de actualizarlo; esto es, “convertir la potencia en acto”. La palabras son la riqueza que cada persona trae dentro de sí; pero actualizarla significa ponerla en práctica. Se suele hablar de tres etapas en la educación del conocimiento: el sentido de la verdad, el sentido de la fe y el sentido de la vida/misión.
1) El sentido de la verdad: renuncia y desprendimiento, es la verdad. La renuncia a nuestro sueños, a las expectativas y juicios previos. Cuando estamos tan llenos de la “verdad”, no podemos aprender más, ya no hay espacio.
a) La verdad es un punto de partida que se da en el entendimiento como una medida de higiene espiritual.
b) En un segundo momento, es la que enseña al pensamiento el camino a seguir, como decía el oráculo de Delfos: “Conócete a ti mismo”, esto es, conocer la verdad de nuestra vida. El conocimiento de sí mismo es positivo, tiene un sentido dinámico, y por eso lo llamamos fe.
c) Aunque se ha dicho que la verdad es el comienzo de la sabiduría y de la libertad, esto no es categórico, porque una vez empezado ya no necesitamos repetir. Sócrates decía “yo sólo sé que no sé nada”. De aquí que la búsqueda del conocimiento debe partir de cero, como si no supiera nada.
2) El sentido de la fe: (en la búsqueda de la fe el interrogatorio es el instrumento). La segunda parte del “conócete a ti mismo” es la fe. Es el reconocer que nada sabemos y por estar vacíos podemos aspirar a saberlo todo. Este movimiento ascendente de conquista espiritual, queda expresado en el reto de conocernos a nosotros mismos. Es hacer consciente nuestro potencial humano, por eso mismo necesitamos un sentido. Fe no es credulidad. Es un conocimiento positivo y dinámico. Es la manera que tiene el futuro de hacerse presente. Desde el punto de vista existencial, la fe es la única fuente de todo progreso.
Dice Víctor Frankl: “… la fe tiene una extraordinaria importancia psicoterapéutica y psicohigiénica. Esta es una fe creadora que hace al hombre más fuerte, como una fe auténtica fe nacida de la fortaleza interior… Para quien así se fortalece, no existe nada carente de sentido, ya que para él nada acaece en vano. Todo tiene una finalidad, todo tiene un sentido, siempre hay un para qué.
Ningún pensamiento grandioso perece, aunque no llegue a ser conocido, ya que la historia interior de la vida de cada hombre, aun en todo su dramatismo y dolor, no pasará nunca en vano. Lo vivido por cada uno forma parte de sí, le engrandece, es siempre y a pesar de todo una realización creadora incomparablemente , mayor que cualquier gran obra literaria conocida que se pueda haber escrito.
3) La vocación y el sentido de vida: Tener ante nosotros una misión y encontrar la vocación dará sentido a nuestra vida. Dice Nietzsche: Quien tiene un por qué vivir, siempre encontrará un cómo. Frankl señala que la conciencia de una misión posee un valor, y afirma que nada ayuda tanto al hombre a vencer y soportar las dificultades objetivas y penalidades subjetivas, como la conciencia de tener una misión que cumplir. La vocación debe reunir las siguientes características:
1ª Ser completamente personal y exclusiva, ya que somos seres únicos e irrepetibles. En ella debe cumplirse nuestra unicidad.
2ª Satisfacer plenamente todas las aspiraciones del sujeto, ya que sólo así seremos creativos.
3ª Acrecentar en proporciones ilimitadas el rendimiento natural de nuestras facultades (potencialidad, riqueza interior…) hasta sus últimas consecuencias.
4ª La misión es siempre un deber moral específico. El carácter específico de la misión/vocación es doble. La misión/vocación no sólo cambia de unos individuos a otros por el carácter peculiar insustituible de cada uno, sino cambia también en el tiempo y de hora en hora.
Cada situación tiene un carácter particular, singular e irrepetible, como decía aquella famosa frase de Heráclito: “Nadie se baña dos veces en el mismo río”. No son las mismas aguas, ni es el mismo momento, ni nosotros somos los mismos. Si no nos diferenciamos no existimos.
¿ QUÉ ES LA CRISIS ?
Existen varios vocablos que pretenden definirla. Uno de ellos es el vocablo chino Li K’AN, que quiere decir “antes de la consumación”, y sus dos caracteres significan “peligro y oportunidad” , esto significa ir del caos al orden, a un nuevo devenir, a cambio de carácter.
El término griego krineinn significa decidir, y sus derivaciones nos indican que la crisis es, a la vez que decisión, discernimiento, así como un punto decisivo para mejorar o cambiar . Crisis en sentido originario es juicio. Es elección en general, terminación de un acontecer en un sentido o en otro.
La crisis resuelve una situación y al mismo tiempo designa el ingreso a una situación nueva que plantea sus propios problemas.
1) Se pueden anticipar ciertas valoraciones cuando se especifica el tipo general de la crisis; v.gr., una crisis de crecimiento de un organismo o sistema es beneficiosa; pero una crisis de senectud, es, en cierto sentido, perniciosa.
2) La característica común a toda crisis es su carácter súbito y, en general, acelerado. La crisis nunca ofrece un aspecto gradual normal; parece ser lo contrario a la permanencia y estabilidad.
3) Entre las múltiples manifestaciones de las crisis, nos fijaremos en la individual-familiar. Esta designa una situación en la cual la realidad humana emerge de una etapa normal (o supuestamente normal) para ingresar a una fase acelerada de la existencia. En virtud de las crisis, se abre una especie de abismo entre un pasado que ya no se considera vigente y un futuro que todavía no está constituido.
Por lo general, la crisis humana, personal y familiar se refiere a la creencias y, por lo tanto, el ingreso en la fase crítica equivale a la penetración en un ámbito en el que reinan el caos, la desorientación, la desconfianza y la desesperación.
4) Las crisis se caracterizan por un colapso en la capacidad para resolver problemas. Sabemos que es característico de la vida humana a querer vivir orientada y confiadamente. De aquí que tan pronto se presenta una crisis se busque una solución rápida para salir de ella. En algunas ocasiones es provisional, cuando se va del fanatismo a la ironía. Otras veces es definitiva, cuando se logra sustituir las creencias perdidas por otras.
Se puede decir que la crisis y el intento de resolverla son simultáneos. Sin embargo, dentro de los caracteres comunes se dan múltiples diferencias en las crisis.
* Algunas son, por así decirlo, más normales, por lo cotidiano de ellas.
* Otras son más típicas, para las cuales hay soluciones prefabricadas.
* Otras más, son de carácter único y exigen un verdadero esfuerzo de invención y creación para salir de ellas.
* Algunas son efímeras y otras permanentes.
* Unas son parciales y otras por lo menos relativamente totales.
5) Se ha dicho en ocasiones que el ser humano es constitutivamente crítico. esto quiere decir que los hombres viven personal e históricamente en un estado de inseguridad ontológica (perteneciente al ser) y siempre en cambio. Por esta razón se puede entender que el hombre siempre es un problema para sí mismo. Desde este punto de vista no se podría decir que hay crisis, porque entonces todo periodo sería la particular modulación de una crisis permanente. En otras palabras, de crisis en crisis cambiamos y de crisis en crisis crecemos. Pero para crecer con la crisis hay que trabajar, de lo contrario, podemos salir disminuidos de cada una de ellas. Tenemos que aprender a asimilar las pérdidas que nos produzcan las crisis. Entre las crisis necesitamos un período de paz y reposo para asimilar la experiencia. De otro modo se puede caer en una crisis crónica.
Ante la incapacidad de la persona en crisis para resolverla, es necesario una ayuda exterior. Esta se puede definir como “intervención en crisis” , que consiste en auxiliar a la persona a afrontar un suceso traumático para debilitar los efectos del trauma, estigmas emocionales, daño psíquico para que se incremente la posibilidad de crecimiento al desarrollar nuevas habilidades, perspectivas de vida y mejores opciones. El proceso tiene dos fases:
1ª Intervención de primer orden o primera ayuda psicológica: esta ayuda necesita ser brindada de inmediato por aquellos que tuvieron el primer contacto con la víctima. Son procedimientos que toman poco tiempo, minutos u horas, y generalmente suelen ser proporcionados por asistentes comunitarios.
2ª Intervención de segundo orden: es el principio primordial de la terapia a personas en crisis. Esta intervención está dirigida a facilitar la resolución psicológica de la misma, lo cual toma más tiempo: semanas o meses. Es proporcionada por terapeutas y consejeros con conocimientos específicos y técnicas de evaluación y tratamiento.
Como ya se comentó anteriormente, las crisis son para crecer, y el sufrimiento es parte de la crisis. El sufrimiento exige una mística una forma de ser tratado y vivido, y no tanto una explicación. Más aún, no exige una respuesta de orden racional. Aunque el hombre exprese su dolor con una pregunta, en realidad lo que necesita es una actitud para afrontarlo y no una respuesta. En realidad no le interesa el diagnóstico, sino liberarse de un mal o sentirse con fuerzas para poder soportarlo.
Una de las características de las actuales generaciones es no querer aceptar que uno de los signos de los tiempos actuales es que tenemos que aceptar que e n el mundo existe mucho dolor y que no estamos preparados para enfrentarlo con una actitud logoterapéutica, esto es, buscarle el sentido aquí y ahora, siguiendo aquella frase de Frankl: vivir es sufrir, pero sobrevivir es encontrarle un sentido al sufrimiento.
El sufrimiento tiene un valor educativo como el de una corrección paterna o fraterna. Más aún, puede llegar a ser una forma de entrar en comunión con los hombres, a pesar de que el hombre sufra solo. Así, vemos en el A.T. de que el sufrimiento es una revelación para los profetas. Moisés y los profetas son figuras de Jesús, el siervo doliente de Yahvéh. Jesús sufre y deja a Dios ser Dios y al hombre ser hombre., pero con su fidelidad, , su obediencia y su aceptación da sentido al sufrimiento, ya que él no suprimió el sufrimiento, pero consuela a los que sufren. De hecho hace una bienaventuranza cuando se sufre por Él y por el Evangelio.
ALGUNAS IDEAS SOBRE EL SENTIDO DE LA VIDA
El hombre no se puede resignar a que todo en su vida termine con la muerte. "Un organismo no ama a otro organismo, sino que es un YO el que ama a un TÚ. Por esta razón, el amor puede sobrevivir al envejecimiento y a la muerte misma. Si el amante trasciende la corporeidad del ser amado, trasciende también su mortalidad. Al hablar de su espiritualidad, la persona se está revelando hacia algo más allá que la corporalidad y sensibilidad. Sólo conocemos la existencia espiritual, en cuanto unida al cuerpo y al alma, ya que no podemos saber lo que está más allá del cuerpo, del espacio y del tiempo. La pérdida de su mortalidad psicofísica gana la inmortalidad espiritual, que es lo que lo diferencia de los demás seres vivos. El hombre es un ser histórico y como tal no "ES", sino que "DEVIENE, ACONTECE". Está completo cuando cambia su vida".
Siempre existe la posibilidad de encontrar el sentido, ya que éste se encuentra en la vida misma, en la existencia como una tarea, en la vivencia de un ideal, etc. No obstante, el hombre no es capaz de conocer el sentido absoluto, la totalidad, porque el absoluto para él es inalcanzable, y rebasa su capacidad de comprensión. No es posible para el ser humano conocer el supersentido, sólo es posible creer en él, tener fe. Esta fe en un supersentido es ya un sentido.
Buscar el sentido es lo mismo que sentir. De aquí la dificultad que tiene la existencia para encontrar el sentido y el fundamento de su propio ser.
Sólo se puede entender al hombre desde Dios. Sin embargo, el hombre únicamente puede encontrar el acceso a Dios partiendo de sí mismo. Para enseñar el camino hacia Dios, se hace desde lo emocional. Tenemos una nostalgia (necesidad) dentro de nosotros que se refiere a Dios. La sed demuestra la existencia del agua. La fe comienza cuando debemos elegir, decidirnos por una de las posibilidades.
Dios es impensable, sólo podemos creer en EL y amarlo. Nunca podemos resolver lo superior en lo inferior, sino superar lo inferior en lo superior.
Por otro lado, siendo el espíritu humano de índole personal, concluimos que es también el espíritu divino al cual nos referimos con un tú, ya que el amor siempre es a una persona. La oración es un acto humano que hace presente a Dios como un tú.
Lo religioso se puede desvanecer en lo indefinido, por lo que necesita una forma simbólica que lo limite: la tradición confesional. Empero, muchas veces existe el peligro de la pérdida del contenido religioso. Así, por ejemplo, la sangre sin venas se derrama; pero las venas sin sangre se esclerotizan.
La patodicea se pregunta que sentido tiene el sufrimiento. La teodicea, a su vez, se pregunta por qué Dios lo permite. Es necesario recordar en lo referente al supersentido, que no es posible aplicar los criterios humanos para juzgar a Dios con mentalidad pragmática. Así, dice Frankl, si yo le digo algo a un perro con el dedo, éste no va a mirar hacia ése algo, sino hacia el dedo levantado. Lo mismo le sucede al hombre ante el sufrimiento.
LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO
Víctor Frankl, en su obra "La psicoterapia al alcance de todos" (1986), dice: "Si la felicidad radica en entender que no es tanto lo que yo puedo esperar de la vida, sino lo que la vida está esperando de mí" , estaremos entrando en el proceso de la búsqueda de sentido.
Todos los días los seres humanos nos preguntamos ¿cuál es la razón de mi existir? pero son muy pocos los que inician el proceso de búsqueda continua, y menos aún los que creen haberlo encontrado. El sentido de vida está mucho mas allá de todas las fronteras construidas por el hombre mismo, ya que lejos de encontrarse fácilmente, es menester construirse a sí mismo para poder darle forma a lo que comúnmente conocemos como YO.
Frankl habla del significado de la palabra “esperanza", ya que un sentido que no se concibe sin acción se habrá quedado pendiente. El sentido de la vida está ligado con la acción, por eso la tarea del hombre será la BÚSQUEDA.
BIBLIOGRAFÍA
Buber, M. (1977), Yo-tú. Nueva Visón: Buenos Aires-
Frankl, V. (1992), Psicoanálisis y existencialismo. F.C.E: México.
Frankl, V., (1995), El hombre en busca de sentido. Herder: Barcelona.
García de Alba, J.M. (1984), El valor de tu vida. Edit. Iteso: Guadalajara, México.
González, E. (1995), Crecimiento a partir de las crisis. Un enfoque logoterapéutico. Editorial Cóatl: México.
Navarrete, R., (1997), El crecimiento personal. Edit. San Pablo: España

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