LA LOGOTERAPIA DE VIKTOR FRANKL Y EL SILENCIO
Víctor Frankl, el psicólogo que pasó 3 años en los campos de
concentración, nos dice que “el hombre de hoy necesita inventar nuevos tipos de
actividades”. Para poder re-encontrar el significado de su propia vida, cada
humano debe tener sus momentos diarios de “desierto”. Necesita de un pedazo de
desierto en cuál refugiarse para encontrar a sí mismo. Necesita detenerse un
poco para reflexionar sobre sí mismo.
De los valores que son vías al sentido a la vida, Frankl distingue
tres.:
Los valores de la creación. Es la capacidad de trabajar y de producir.
Consisten en lo que el hombre da al mundo, ejerciendo su capacidad creativa.
Quien, con su trabajo no da nada al mundo y no expresa su singularidad y su
irrepetibilidad se manifestará siempre insatisfecho y puede perder el sentido
de la vida y caer en el vacío existencial.
Los valores de la experiencia. Es la capacidad de saborear. Consisten en
lo que la persona recibe del mundo, de fuera de sí, en término de experiencias
de encuentros con la naturaleza (contemplación, arte, cultura…) o con otras
personas (amor) Esto implica la educación al silencio, a la soledad, y a la
capacidad de establecer relaciones claras consigo mismo.
Los valores de actitud. Cuando la realización de los valores de la
creación o de la vivencia es imposible por situaciones de la vida – un destino
ineludible e inevitable, experiencias trágicas -, se puede dar siempre un
sentido a la vida, asumiendo una actitud frente a esa situación. No le toca a
la situación, sino al hombre dar un sentido a cada experiencia. La vida nos
propone siempre una última oportunidad El hombre debe saber asumir una actitud
justa frente al dolor ineludible.
Me parece que los dos últimos tipos de valores de la logoterapia aluden
al silencio como espacio de experiencia y de actitud.
EL SILENCIO COMO INTIMIDAD CON UNO MISMO Y COMO CURACIÓN
El silencio está al centro de la vida humana. Es una realidad muy humana
y bienhechora. Es “un clima para reconstruir lo interior y lo exterior” . Es un
regreso a nosotros mismos. Sólo en el silencio, la persona se halla, se
encuentra, y se revela a sí misma. El silencio ayuda a que el hombre se recobre
a sí mismo, y a que no se enajene. Representa así, una ventaja sobre la
deshumanización en la que habitualmente se encuentra el hombre de nuestra
sociedad.
El silencio es también como un nacimiento, porque en él, algo se gesta y
se madura. Cuando una situación dolorosa nos visita en el silencio es buena
señal. Es señal de nuestra apertura y de nuestra disponibilidad para recibirla,
y es importante que cuando venga nos encuentre en casa. Sólo así podremos ir al
encuentro profundo con nosotros mismos y con el otro, en el amor. De esta
manera, durante las horas de silencio eliminamos las toxinas que intoxican
nuestra vida y recuperamos la salud.
Lo contrario del silencio es la evasión. Quien no puede tener silencio
se ha jubilado como persona y comienza automáticamente a ser una cosa. Por
tanto, “el silencio es imprescindible si la persona quiere crecer y si quiere
ahondar en su relación con todo” . Y es que “el silencio nos permite tener
acceso a la fuente de todo lo humano; el silencio construye la persona,
abriéndole el camino hacia ella misma” . En consecuencia, el silencio favorece
también la creatividad, porque nace de un progresivo encuentro de uno consigo
mismo.
TIPOS DE SILENCIO
Existen varios tipos de silencio:
1. Silencio Ambiental: Si el ambiente es todo lo que nos rodea (cosas,
objetos, personas, estímulos sensoriales: ruidos, voces, olores…) y la
atmósfera (ambiente de paz, confuso, agitado…), en el primer silencio se trata
de dominar el ambiente, retirarse de él, para facilitar el fortalecimiento
interior. A este nivel, el silencio se confunde con la soledad y el
aislamiento.
En la tradición cristiana, el silencio ambiental se llama “retiro”, en
su sentido de un “alejarse”, “tomar distancia de la cotidianidad”, “hacer un
alto en la vida”, “emprender una introspección que nos coloca frente a nuestro
Yo, “un descanso”, “un fomento de la espiritualidad”. El retiro es una
necesidad-obligación, para mejor vida. Se llama también “ejercicios”, en su
sentido de “dedicación”, “esfuerzo”, “tarea – lucha”, para mantenerse bien,
sano, en buena condición. Es un tipo de gimnasio del alma, para desarrollar los
músculos espirituales. Es el remedio contra la anorexia espiritual que es la
“falta de apetito que lleva a enflacar tanto hasta morir”.
En el lenguaje bíblico, se llama “desierto”, un lugar de la
confrontación y de lucha, donde el hombre encuentra a su Dios, como el río
encuentra a su manantial, para que le diga su nombre verdadero, su misión en la
existencia. El desierto es una ubicación necesaria para emprender la
peregrinación hacia la Felicidad – Libertad – Tierra Prometida.
Sin embargo, siendo importante, la soledad es ambigua. Puede ser a la
vez, para evadir o para buscar la comunicación. Lo que ayuda a deshacer esta
ambigüedad es la asunción de los otros silencios.
2. Silencio Corporal. Se trata de la relajación muscular y del aquietamiento
del sistema nervioso. El segundo silencio se produce en los nervios y en los
músculos que son el componente principal de nuestro cuerpo. Es importante en la
salud y en el progreso espiritual. La respiración y la relajación son las
puestas de la vida interior. La relajación, prolongación y profundización de la
desconexión del ambiente, es importante para el recogimiento y para el
despertar.
3. Silencio Afectivo. Es la pacificación progresiva de la persona, la
liberación de la ansiedad, el sentimiento de plenitud y bienestar interior, y
de profunda armonía interior. El silencio afectivo es la paz, armonía,
pacificación, serenidad, integración, orden interior, equilibrio, curación…
Ellos no son ausencia de la afectividad, son la afectividad cuando se ha
silenciado. “Es aquella paz que no se entiende”.
4. Silencio Mental es:
- El arte de cultivar el pensamiento positivo, destruyendo el negativo.
Dice Swami Sivananda: “la cara es el espejo del alma. Cada pensamiento produce
una señal profunda en la cara. Un pensamiento divino la ilumina, un pensamiento
malo la oscurece” . Los pensamientos negativos (de ansiedad, miedo…) envenenan
la vida, envenenando su fuente, la mente; son fuerzas espantosas que destruyen
las energías vitales en su misma raíz. Pero, los pensamientos positivos
(alegría, gozo, contento, optimismo, valor, sonrisa…) aumentan inmediatamente
la capacidad de multiplicar indefinidamente los poderes de la mente. El cuerpo
está sano si la mente está sana. El pensamiento es creativo. El positivo crea,
construye el mundo. El negativo destruye y tiene capacidad autodestructiva. El
pensamiento es un boomerang: un pensamiento negativo es maldito. Daña al que lo
ha enviado. Daña después a la persona a la que se dirige. Finalmente daña a la
humanidad entera. Si quieres mejorarte, cultiva pensamientos puros, divinos.
Por medio de pensamientos positivos de paz, amor, y bondad, puedes vencer todos
los obstáculos: el miedo, el odio y la maldad.
- El observar sin pensar, observando como un espectador silencioso cuanto
va ocurriendo a fuera y dentro de uno. Se trata de ser perceptivo, sin juzgar
ni comprometerse.
CONCLUSIÓN
El corazón conoce lo que la lengua nunca podrá proferir, y lo que los
oídos jamás podrán escuchar (Gibran) Hoy en día, se pretende acabar con el
silencio, hacerlo desaparecer. Al hombre le da miedo el silencio, le provoca
escalofríos, pues lo obliga a dar cuenta de sí mismo. Y eso lo inquieta. Sin
embargo, lejos de ser un enemigo, el silencio debe ser acogido como el mejor
aliado del hombre hoy. El silencio nunca es una actitud egoísta; el verdadero
es presencia, no ausencia; fuente de energía e irradiación no ensimismamiento;
despliegue no repliegue. En efecto, para derramarse, es indispensable primero
llenarse. El silencio no es una amenaza, sino un excelente lugar de encuentro y
conexión con lo más profundo de nuestro ser. Sólo así, podremos ir al encuentro
con el otro, amándolo con un corazón indiviso, no disperso.
Por Kitimbwa Lukangakye
Originario de la
República Democrática del Congo, es Licenciado en Teología por la Facultad
Teológica “Teresianum”, y en Ciencias de la Educación por la Universidad
Pontificia Salesiana, ambas en Roma. Especialista en Logoterapia y
Análisis Existencial ; y cuenta con una Maestría en Psicoterapia y
Espiritualidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario