miércoles, 22 de abril de 2015

UN HOMBRE LLAMADO VIKTOR FRANKL



                Viktor Frankl nació en Viena en una familia de origen judío. 1905 -1997 .Estudió medicina en la Universidad de Viena y se especializó en neurología y psiquiatría. Desde 1933 hasta 1937 trabajó en el Hospital General de Viena. De 1937 a 1940 practicó la psiquiatría de forma privada. En diciembre de 1941 contrajo matrimonio con TillyGrosser. En otoño de 1942, junto a su esposa y a sus padres, fue deportado al campo de concentración de Theresienstadt.
                En 1944 fue trasladado a Auschwitz y posteriormente a otros 2 campos de concentración dependientes del de Dachau. Fue liberado el 27 de abril de 1945 por el ejército norteamericano. Viktor Frankl sobrevivió al Holocausto, pero tanto su esposa como sus padres fallecieron en los campos de concentración.
                Tras su liberación, regresó a Viena. En 1945 escribió su famoso libro “El hombre en busca de sentido”, donde describe la vida del prisionero de un campo de concentración desde la perspectiva de un psiquiatra. Dirigió la policlínica neurológica de Viena hasta 1971. En 1949 recibió el doctorado en Filosofía. En 1955 fue nombrado profesor de la Universidad de Viena. A partir de 1961, Frankl mantuvo cinco puestos como profesor en los Estados Unidos en la Universidad de Harvard y de Stanford, así como en otras como la de Dallas, Pittsburg y San Diego. Ganó el premio OskarPfister de la Sociedad Americana de Psiquiatría, así como otras distinciones de diferentes países europeos. Frankl enseñó en la Universidad de Viena hasta los 85 años de edad de forma regular y fue siempre un gran escalador de montañas. Anteriormente, a los 67 años, había conseguido la licencia de piloto de aviación.
                Publicó más de 30 libros, traducidos a numerosos idiomas, impartió cursos y conferencias por todo el mundo, y recibió 29 doctorados Honoris Causa por distintas universidades. Falleció el 2 de septiembre de 1997, en Viena.
“El hombre en busca de sentido”
                En esta obra expone que, incluso en las condiciones más extremas de deshumanización y sufrimiento, el hombre debe encontrar una razón para vivir, basada en su dimensión espiritual. Esta reflexión le sirvió de base para el desarrollo de la Logoterapia, considerada la Tercera Escuela Vienesa de Psicología, después del Psicoanálisis de Freud y de la Psicología individual de Adler. En esta obra el Dr. Explica la experiencia que lo llevó al descubrimiento de la logoterapia. Prisionero durante mucho tiempo en los campos de concentración, el mismo sintió en su propio ser lo que significaba una existencia desnuda. Esta experiencia tan profunda sentida en él mismo y a través sus compañeros, en situaciones tan extremas en donde, habiendo perdido a sus padres, hermanos, esposa, luego de todo el horror que vivió y vió vivir a otros,¿ cómo pudo aceptar que la vida fuera digna de vivirla? No es un relato más de los horrores de los campos de concentración si no que es un ensayo profundo en donde él analiza las reacciones psicológicas ante experiencias tan extremas para encontrar las verdaderas motivaciones que tienen las personas para vivir sus vidas y a través de ello llega a la conclusión de que sin importar las circunstancias siempre vale la pena vivir y para ello es necesario que cada uno le encuentre un sentido a su vida. En este breve segmento autobiográfico, uno aprende lo que un ser humano hace cuando se da cuenta de que no tiene nada que perder excepto “su ridícula vida desnuda”. Analiza las mezclas de emociones y apatía frente a los hechos extremos, incluyendo los breves momentos de alivio sentidos, pero no son estos los que ayudan a la voluntad de vivir sino que por el contrario puede incluso reforzar lo insensato de su sufrimiento.
                Es en este punto en donde encontramos el tema central del existencialismo: Vivir es sufrir, sobrevivir es hallarle sentido al sufrimiento. Citando a Nietzsche. “Quien tiene un porque para vivir, encontrará casi siempre el como”.
                 De otro lado, cuando uno siente que todo te ha sido arrancado de cuajo, lo único que le queda es la última de las libertades humanas que es la libertad para elegir. Elegir la actitud personal ante un conjunto de circunstancias. Algunos, al elegir ser “dignos de sus sufrimientos” fueron capaces de elevarse por encima de su aparente destino. Tejer esas tenues hebras de vidas rotas en una urdimbre firme, coherente, significativa y responsable es el objeto con que se encuentra la logoterapia, que es la versión original del moderno análisis existencial.
                A diferencia de otros existencialistas Frankl no es pesimista ni antirreligioso, por el contrario, para ser un autor que enfrenta de lleno a la omnipresencia del sufrimiento y a las fuerzas del mal, adopta un punto de vista sorprendentemente esperanzador sobre la capacidad humana de trascender sus dificultades y descubrir la verdad.


“Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento”. Viktor Frankl

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